El calor como todos los veranos que he pasado en Portugal ha marcado mis vacaciones como siempre. Pero este año con una particularidad; una vez que dejé atrás el aeropuerto de Oporto con destino a mi residencia estival en Vila Do Conde llamé a mi suegra para avisarla que me dejase algo de comer. Mi suegra me dijo que dejaba una tortilla española hecha.  Con una buena tortilla sin cebolla soy un hombre feliz.

    «Con una tortilla soy feliz»

    Mi sorpresa fue mayúscula cuando al apenas llegar a mi guarida procedí a hincarle el diente a tan delicioso manjar español y observé que la tortilla estaba más seca que el desierto del Sahara y más quemada que la moto de un hippie. En ese momento, mi suegra hizo acto de presencia y con una voz de pito me indicó que se le había quemado la tortilla por culpa del cambio climático.

    «La culpa es del cambio climático»

    Después de un largo día de viaje de negocios barajé la opción de irme al restaurante más cercano a por un buen bocado de cualquier comida portuguesa incluido un exquisito “frango” con patatas y una mousse de chocolate. Mientras cenaba en el establecimiento me puse a pensar en escribir un artículo para mi blog sobre toda esta locura del “calentamiento global” el cual llevo desmontando desde los 90.

    Un vocablo como “el calentamiento global” es tabú en mi casa junto con otros inventados por los troles subvencionados y arquitectos del control que incluyen bichólogosmatasanos y politicuchos que utilizan a diario para asustar, choricear y ganar votos de los ciudadanos despistados y crédulos con cualquier estrategia y narrativa que infunda miedo o incertidumbre en sus votantes. Hemos visto esta práctica sobre todo en los regímenes tiránicos en los últimos 200 años de historia. Todo esto añadido  a los medios de infoxicación masiva que les encanta noticias de miedo, catástrofe o apocalípticas: sean cucarachas asesinas, meteoritos gigantes o bichos voladores invisibles que circulan inmortalmente atacando a gente irresponsable e insolidaria, según ellos.

    «La mayor teoría de la conspiración es que el estado te protege, la farmafia te cura y los medios de infoxicación masiva te informan»

    Ante la exorbitada y precipitada implementación de nueva tecnología en nuestra sociedad, esto obviamente tiene sus ventajas y desventajas. Una de ellas es la tendencia a convertirse en sedentario y perezoso. Las tecnologías como la electricidad, alcantarillado, potabilización del agua, industrialización de recursos como la comida, petróleo, nucleares y carbón nos ha ayudado no solo a llevar una vida más fácil sino también a evitar ciertas enfermedades endémicas debido a la falta de nutrición, ejercicio, y envenenamiento. Esto nos ha dirigido a la espléndida globalización (intercambio de ideas y bienes de consumo a nivel global) pero a la vez a un exarcebado globalismo (control de una oligarquía sobre los recursos y personas del planeta a través de la coerción) dispensado por las élites que desean controlar todas las facetas de nuestra vida en lo digital y en lo físico.

    La tecnología es siempre un arma de doble filo. Aplica tanto a la realidad empírica así como al universo digital. La elite de ciertos países anglosajones tiende a controlar y utilizar el internet y lo digital para obtener información sobre los usuarios y ciudadanos. Estamos en los albores del fin de la privacidad. La televisión, la radio y en este caso las Big Tech (plataformas multinacionales de internet) son controladas y dirigidas por los mismos actores que controlan la narrativa de los bichólogos, calentólogos y politólogos estadistas.  Las tecnologías tradicionales y las más modernas se utilizan a diario para controlar la voluntad y la opinión de las personas. Esto favorece los cambios sociales, a la multinacionales y la ingeniería social practicada por el establishment yauspiciadas por el estado. Unode esos negociod y chiringuitos que utilizan como herramienta del miedo, contar milongas y despojarle a los contribuyentes de su propiedad privada mientras desplazan a los últimos campesinos de las zonas rurales con el propósito de poseerlas y explotarlas para llevarlos a las nuevas ¨smart cities¨ (ciudades inteligentes o prisión) es la religión de la calentología. Esta nueva doctrina peligrosa e intrusiva que gana adeptos religiosos y feligreses ecolojetas entre sus filas ya ha añadido a influencers de Hollywood, políticos paniaguados, y empresarios de cierta índole incluido banqueros y grandes corporaciones como BlackRock, Vanguard y Capital,por mencionar algunas.

    «La mayor falacia es que el CO2 provoca el cambio del clima ya que con 2.000ppm de CO2 los dinosaurios vivían en un vergel y entre 1500 y 2020 el porcentaje de CO2 es del 1,5%, el mismo»

    La iglesia de la calentología y sus sacerdotes se han montado un chiringuito importante, el cual reporta pingues beneficios billonarios a sus seguidores y multinacionales castigando al ciudadano de a pie y despojándolo de parte de su salario para una apocalipsis que nunca llegará en un futuro inexistente. Además esta creciente religión como aquellas de antaño suele estigmatizar a los escépticos y herejes que ni quieren tragar con el cuento ni con la narrativa.  A estos disidentes y discrepantes que aportan datos y hechos se les denomina ¨negacionistas¨ una palabra comodín muy de moda en estos dos últimos años y con una connotación que roza ya lo delictivo. No existe tal palabra en el diccionario excepto para los que negaban ciertas narrativas históricas de la Alemania de 1939. Con muy mala intención y odio se le aplica este término a la ligera para todo aquel que niegue las mentiras de un sistema corrupto hasta la médula. Esto tiene un propósito y es poner a un grupo contra otro y animar a la violencia, la cual ya tiene monopolio el estado, un estado sin separación de poderes que censura la libertad de expresión y además es selectivo a la hora de salvaguardar los derechos individuales.

    «Mi libertad no acaba donde empiezan tus miedos»

    Así como la mayoría de la población mundial se tragó en su momento la milonga de la capa de ozono, también se traga las fantasmadas de la religión covidicia, calentóloga y estatal que se vienen cuajando desde la época de la postguerra con una insistente, imparable y audaz ingeniería social que se vierte desde los medios de desinformación convencionales y las poltronas de los congresos y parlamentos de la civilización occidental.

     «El 97% de la comunidad científica recibe subvenciones y dinero del estado y donantes de dudosa credibilidad para impulsar un cambio climático inexistente»

    John Coleman (meteorólogo y fundador del Weather Channel)

    Los datos empíricos son aplastantes. La misma NASA en su web ha tenido que borrar un artículo reciente donde menciona que el sol y sus ciclos influyen en el cambio de temperatura, corrientes y hasta la producción de volcanes, terremotos y otros eventos. En 2011 apuntaba que el CO2 enfría la biosfera no la calienta y que el CO2 no es el gas más abundante, de hecho el vapor de agua es lo más abundante en la atmósfera terrestre. Marte y Jupiter se calientan y desconocemos si hay fabricas de marcianitos allí arriba. El CO2 en el Jurásico era de 2000ppm, y los dinosaurios vivían en una especie de vergel con una temperatura constante durante millones de años. En una clase de escuela con 40 alumnos y un profe con todo cerrado en invierno se produce más de 3.000ppm de CO2 en el aula y nadie se muere. Cuando vas al baño a hacer caquita se libera mas de 20 mil ppm de CO2 y no te da un parraque en el retrete. El CO2 es parte del ciclo de la vida y la fotosíntesis para las plantas. La foresta ha aumentado un 30% en la ultima década.

    Por tanto, el Co2 es una negocio global, con los bancos y empresas bursátiles jugando en bolsa con créditos de CO2. Los países se pasan y prestan y venden Co2 unos a otros. Los propios billonarios que impulsan y promocionan la atrocidad de eliminar vacas, reses, ganado y huella de carbono son los mismos que están comprando a precios irrisorios millones de hectáreas a gobierno y granjeros o agricultores para controlar recursos y hacer negocio. Estos mismos billonarios que en foro de nabos aparcaron en Davos 1.600 jets privados y que tienen ejércitos privados pero quieren que se eliminen las leyes para que los ciudadanos porten armas y se autodefiendan. Estos billonarios son los mismos que quieren abolir la libertad de expresión en las redes pero después se jactan de eliminar población y denominan al resto de mortales como ¨comedores inútiles¨ ¨negacionistas¨ ¨bebelejías¨ äntisistemas¨ etc etc etc.

    Solo he escrito este artículo para aquel que aun está vivo neuronalmente hablando y le puede provocar cierta curiosidad de pensamiento el hacerse preguntas. Los arquitectos del control están aquí para quedarse y han empezado a eliminar ganado de sus granjas porque en realidad vivimos en granjas con diversos granjeros; para ellos somos ganado que hay que darle electricidad, sanidad y comida lo mismo que a una vaca o a un borrego y nos ven como prescindibles. La granja empieza a estar superpoblada y esto amenaza su autoridad y su modo de vida. Así como perciben al ganado como unidades de carbono. El CO2 que quieren eliminar eres tu.  Y sino lo consiguen no tendrás nada y serás feliz. La milonga de la calentología es uno de los muchos pasos para ello.

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