Hay una pregunta secundaria que surge ennuestras mentes después de escuchar las perspectivas extrañasde los sabios ancestrales. Si son correctos, y si se han perdido,implica que una vez estuvieron conectados y enraizados en loreal y lo verdadero. Implica que el hombre una vez estuvo en lafuente de todo conocimiento, el altar de la verdad. Esto es, dehecho, lo que informan los antiguos mitos y leyendas. Enfatizanrepetidamente que los hombres cayeron de un estado deperfección espiritual, mental y moral:
Dado que los varones estuvieron una vez íntimamenteligados a la verdad y en comunión directa con la fuente de lavida, es lógico preguntarse cómo se puede alcanzar y realizarnuevamente ese estado. ¿Se puede alcanzar a través de latecnología y la ciencia o, como muchos filósofos creen, medianteel ejercicio de la razón? Y podríamos preguntarnos si el hombremoderno se está moviendo hacia esa comunión o separándosede ella.
«Entonces ella vio vadear en arroyos densos a hombres - homicidas asesinosy perjuros, y aquellos que otras esposas seducen al pecado, hermanos quematan a hermanos; los hijos de las hermanas que beben de la sangre de losdemás. Difícil es el mundo, sensual sin grandes crecimientos. Estas son lasedades de la espada, las hachas, los escudos están hendidos en dos, lasedades de las tormentas, las edades de los asesinatos, hasta que el mundose cae muerto.»-El Norse Volupso, "La profecía de la mujer sabia"